Aquí te comparto algunos titulares de mi ruta,
espero que por lo menos uno sirva de excusa para encontrarnos.

 Nací en la primavera de 1975 en Barcelona. Mi madre Nina, sudafricana recién llegada, y mi padre Luis, también emigrante, pero de Ulldecona, se encontraron en esa Barcelona que olía a cambio. El primero de tres hermanos y una hermana. Cuatro hijos en seis años, ahí es nada. Ahora puedo ver a esos dos jóvenes que empezaron una familia con el cariño y el agradecimiento que se merecen. Gracias por tanto.

Nunca quise ser psicólogo, yo iba para Presidente del Gobierno. Aún así me convocaba la atención el sufrimiento íntimo humano y sus lógicas de las cuales era testigo en mi familia. Los veranos en Sudráfrica llenos de naturaleza y espacio. El colegio lo viví fácil, la educación sentimental llegó con el Esplai. Allí y en Sunion aprendí algo sobre lo de ser persona. Pero estaba muy lejos de saber algo de mi.

Me licencié en Ciencias Económicas y Empresariales (Universitat Pompeu Fabra) mientras dedicaba todo mi tiempo libre a tocar en un grupo de música. Al ver que no servía para repetir los pasos de papá me atreví a hacerme artista, con carnet del Institut del Teatre en el que me especialicé en Dirección y Dramaturgia. Años preciosos, de riesgo, de generación de identidad, de juventud en mayúsculas. Vi cientos de obras, dirigí una docena mientras buscaba mi lugar en un ecosistema teatral al que sentía cada vez más lejano.

De ese sueño me despertó un intensivo de Meditación Vipassana y un viaje crucial a la Índia. Tres meses de parar, sentir, oler, Ser. Ya nada volvió a ser igual. Encontré mi brújula. Mi dificultad para encontrar mi lugar en el teatro aumentó. Quería algo que allí no me daban y me identificaba cada vez más con propuestas como la de Grotowsky, en la que el arte se convierte en vehículo de transformación.

Mientras me encontraba trabajé 4 años con La Fura del Baus como director y dramaturgo con quienes dirigí, entre otras, la escena final de la película de “El Perfume”, varios talleres de formación de actores y la obra de lenguaje furero “Imperium” junto con mi querido Jürgen Müller. Allí cerré el círculo que se había abierto al ver su espectáculo M.T.M y que me hizo creer que ese era el camino. Y sino era el teatro ¿entonces qué?.

Hice muchas pruebas. Una de ellas trabajar en el Centro Penitenciario de Can Brians durante dos años llevando el grupo de teatro mixto. Los internos y las internas me enseñaron que no tenía ni idea de cómo acompañarlos en su sufrimiento. Y cómo en las clases de teatro que dí durante casi quince años en la Universidad Pompeu Fabra, el teatro era una excusa para encontrarse, tocarse, conocerse, llorarse y crecer. El sufrimiento del actor o escenógrafo me se me hacía siempre más importante que la obra que estábamos haciendo. Así que decidí investigar sobre los maridajes entre el teatro y la psicoterapia gracias a ganar un premio de investigación del Institut del Teatre.

En ese tiempo de desorientación encontré un libro de Claudio Naranjo en el que entrevistaba a varios gestaltistas. Me sentí identificado con lo que leía y pensé que me gustaría ser como ellos de mayor. Así que me apunté a la formación en Terapia Gestalt en el Taller de Gestalt de Barcelona con Cristina Nadal y Albert Rams.

Durante el primer taller de la formación vi una luz. Era eso lo que estaba buscando. Las palabras transformación, comunión y humanidad se encarnaban allí. Al salir de ese taller me apunté a la licenciatura de Psicología en la Universitat Oberta de Catalunya y al Programa SAT de Claudio Naranjo. En ese momento también empecé un proceso de psicoterapia individual que duró nueve años con Cristina Nadal primero y Albert Rams después. Que continuó en una supervisión con ambos y en los últimos años con Javier Arenas. Con este último y con Juanjo Albert cursé también buena parte de la formación en Psicoterapia Integrativa del IPETG en Alicante.

Antes de acabar la formación y la carrera empecé a acompañar a personas en consulta privada mientras trabajaba en la comunidad terapéutica CITA, en la que llegué a ser coordinador terapéutico de CITA Clínica.

El encuentro con Claudio Naranjo en el SAT fue otro punto de inflexión en el viaje personal y laboral. Su presencia y su propuesta me entusiasmaron. Además él me abrió la posibilidad de colaborar con la Fundación Claudio Naranjo y como terapeuta en los programas SAT en Brasil, España, Italia, Colombia, Argentina, Méjico, Francia y Alemania. La relación con Claudio fue un punto de inflexión en mi vida que aún estoy procesando.

De las muchas propuestas de trabajo sobre mí que me brindó destaco el editar, junto con Cristina Busi, el capítulo sobre el E7 Social publicado en la La Llave. En ese tiempo tuve la oportunidad de desarrollar el entrenamiento que diseñé para los actores de “El Perfume” hasta llegar a “Un Trabajo para el Eros”, que fue el tema de mi tesina para la AETG. El contacto con Brasil me abrió el corazón y durante varios años fui formador de la Escuela Gestalt de Vanguardia de Fatima Caldas y Pedro Caldas, en Sao Paulo y Belo Horizonte.

Esta es la parte sencilla de mi historia. La más compleja ha sido la construcción de una pareja y una familia con Rosa, mi mujer. Nos conocimos en prisión, hace quince años, nos gustamos, viajamos, convivimos, nos casamos y vino Elies. Y con él los límites, las pérdidas, el silencio, la profundidad y un amor que nunca había sentido. Él me regaló la experiencia de no ser la persona más importante en mi mundo. Ya no hacia falta llegar a ser Presidente del Gobierno. Pero aún me las arreglé para combinarlo todo.

Hasta que llegaron juntos Issis e Ícar para llevar el concepto de renuncia, amor y paciencia al siguiente nivel. Con Rosa nos atrevimos a rendirnos y a que todo este proceso nos guiara más allá de modelos y expectativas. Así nos encontramos haciendo una crianza respetuosa empezando por parirlos en casa hasta mudarnos a una casa aislada en un valle del Montnegre para poder disfrutar al máximo de los regalos de esta fase del viaje en familia. Un tiempo de bosque y Naturaleza que acabó al cumplir los pequeños 7 años y venir a vivir a Sant Pol de Mar. 

Y lo amigos, claro. Sin ellos tampoco se entiende la historia. Disfruto en mi patrimonio emocional de un pequeño círculo de cómplices que con una mano invisible apoyada en mi espalda me sostienen cuando todo se vuelve demasiado difícil. Gracias por estar siempre allí.

Desde que se acabaron los viajes profundicé en mis colaboraciones con distintas escuelas de psicoterapia en Barcelona:  Gestalt Terra, el Máster de Arteterapia de la Escuela Hephaisto, el Máster de Desarrollo Psicoespiritual del Institut Humanista,… y aposté fuerte por la propuesta de AMAR que después de tres expediciones se ha convertido en mi aventura central secundada de cerca por OFICIO y el acompañamiento individual. 

Estoy reconocido como psicólogo sanitario por la Generalitat de Cataluña y el Col.legi Oficial de Psicòlegs (col.17.707), como psicoterapeuta por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapia y soy miembro Titular, Supervisor y Didacta de la Asociación Española de Terapia Gestalt.

Al acabar de escribir este escrito me emociona ver todas las personas
que me habéis ayudado y ayudáis cada día en el camino.
Gracias de corazón.